Rusia, principal apoyo del régimen sirio, afirmó el viernes haber logrado el acuerdo de principio de Damasco para una conferencia de paz, aunque la oposición siria, reunida en Estambul, se mostró escéptica.

“Apuntamos con satisfacción que hemos recibido, en principio, el acuerdo de Damasco para concurrir a la conferencia internacional”, declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Alexander Lukashevich.

Se trata de lograr que “los sirios ellos mismos puedan alcanzar una solución a este conflicto destructor para el país y para la región”, añadió Lukashevich.

El acuerdo se logró durante la visita el miércoles y el jueves a Moscú del viceministro sirio de Relaciones Exteriores Fayçal Moqdad, indicó.

Moqdad había viajado a Moscú para tratar de la iniciativa ruso-estadounidense de esta nueva conferencia, lanzada con motivo de una visita del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a Moscú a principios de mes.

Kerry y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, deben volver a verse el 27 de mayo en París.

Rusia es percibida como el país que tiene más influencia sobre el régimen sirio, del que es aliado y proveedor de armas desde la época soviética.

La Coalición Nacional de la Oposición siria, reunida en Estambul para conversar sobre su participación en la conferencia, manifestó por su parte su escepticismo.

“Queremos oír esta declaración en boca del gobierno (del presidente Bashar) al Asad”, declaró a la AFP Luay Safi, el portavoz de la Coalición, que constituye el principal grupo de la oposición siria, en reunión desde el jueves en Estambul.

“Todo esto es todavía muy vago y el gobierno Asad ha sido muy evasivo cuando se trata de dar declaraciones o informaciones sobre las soluciones políticas”, afirmó el portavoz.

“Los rusos han dicho ya que el gobierno sirio tenía un equipo para negociar. (Pero) no sabemos según qué términos. ¿Disponen o no de los mandatos para negociar en toda buena fe la transición?”, se preguntó.

“Queremos saber si tiene realmente la intención de negociar la transición hacia un gobierno democrático que incluiría la retirada de Bashar al Asad”, añadió.

La oposición siria exige que toda solución política implique la salida del presidente Asad y de los miembros de su régimen más implicados en las violencias, que dejaron más de 94.000 muertos en dos años.

Esta postura logró el apoyo de 11 países “Amigos de Siria”, incluido Estados Unidos, quien en una declaración común el miércoles en Amán afirmó que “Bashar al Asad, su régimen y sus allegados que tienen sangre en las manos no podrán desempeñar ningún papel en el futuro en Siria”.

El portavoz de la diplomacia rusa había excluido ya el viernes por la mañana toda condición previa a la conferencia.

“Vemos de nuevo aparecer la condición previa de la salida del presidente Bashar al Asad, la cuestión de la formación de un ‘gobierno’ bajo los auspicios de la ONU”, declaró Lukashevitch.

“Se está haciendo todo para vaciar de sentido la idea de la conferencia”, añadió.

Lukashevich consideró ilusorio evocar la fecha del 10 de junio, avanzada en la prensa occidental, para esta conferencia que seguirá a la de Ginebra de junio de 2012.

“Fijar una fecha exacta para la conferencia sin saber con claridad quién -y con qué autoridad- hablará en nombre de la oposición (es algo que) no se puede tomar en serio”, declaró Lukashevitch.

Durante una reciente entrevista acordada a los medios argentinos, Asad repitió su rechazo a dejar el poder antes de la presidencial de 2014.

Los esfuerzos en vista a una conferencia intervienen en un contexto crítico en el terreno para la oposición, con el lanzamiento por parte del ejército sirio, apoyado por el movimiento chiita libanés Hezbolá, de una amplia ofensiva sobre Quseir, una ciudad estratégica del oeste y tomada por los insurgentes.

El conflicto tuvo incidencias en Líbano, donde combates entre partidarios y opositores al régimen sirio dejaron al menos 23 muertos en cinco días en Trípoli (norte), según una fuente de seguridad libanesa el viernes.