La política es el lenguaje del poder. Tiene sus rarezas e inconsecuencias, pero éstas no lo son si se observan desde la óptica del poder.

Laurence Golborne había sido proclamado candidato presidencial pocos días antes de que la UDI lo echara, porque en las encuestas no estaba marcando.

En La Moneda operaron para sacarlo, en reuniones entre el presidente Sebastián Piñera y el timonel del partido, Patricio Melero. Fue una emboscada, y finalmente cayó, lo que demostró que Golborne es un inexperto en política, un “adolescente” en el área.

Los conflictos con Cencosud y el paraíso fiscal de las islas Vírgenes fueron las instancias que se aprovecharon para bajarlo de la carrera presidencial, porque sino sería inconsecuente que ahora el ex ministro esté siendo tentado para ser candidato a senador por Santiago Oriente cuando ambos temas siguen vigentes. ¿O es que esas cuestiones no son importantes para ser candidato al Senado y sí a La Moneda?