La Federación de Organizaciones de Trabajadores de la Pesca (Feorpa) está proponiendo al gobierno una reconversión de gran parte de tripulantes pesqueros hacia la actividad minera.

En tanto, el sector industrial también ha resentido de sobremanera la crisis de la sardina y la anchoveta, donde se cree habrá despidos en las próximas semanas.

Algunos tenían la esperanza que con los días la situación se iba a revertir y el ciclo iba a normalizarse, pero la sardina y anchoveta no han vuelto a aparecer en las costas de la región del Bío Bío. Miles de toneladas del recurso entregadas en cuota a la pesca artesanal, y en menor medida a la industrial, no se pudieron extraer.

Desesperados y previendo un drama social de proporciones insospechadas, los artesanales han pedido al gobierno tomar medidas, y para este jueves esperan alguna propuesta.

En medio de una serie de peticiones, Juan Faúndez, dirigente de Feorpa, planteó que sólo la actividad de la minería podría acoger a los miles de pescadores que no tendrán ingresos y pide una reconversión real, con capacitación para los hombres de mar.

Prácticamente toda la atención se ha centrado en el mundo artesanal, sin embargo, los trabajadores de plantas pesqueras de la región no pueden más con la incertidumbre. La flota está parada y según la presidenta de Fesip, Juana Silva, llegará un momento en que las empresas no podrán sostenerse.

Luis Felipe Moncada, gerente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) reconoce la gravedad del momento, pese a que dijo, las empresas todavía evalúan cómo enfrentar la situación.

Todos los actores reconocen tener responsabilidad en la dramática situación actual, que según expertos podría ser más traumática que la que se vivió por el jurel.

400 mil toneladas de sardina juvenil capturada el año pasado, sin conciencia, podrían llevar mañana a una veda por tiempo indeterminado, mientras la crisis social sigue en escalada en las caletas de la región.