Valeria Levitina es conocida actualmente como la mujer “más anoréxica” del mundo. A sus 39 años pesa tan sólo 25 kilos, aunque no siempre fue así.

En 1994, con 21 años, Valeria llegó a ser finalista del concurso Miss Chicago. No obstante, el estar en un ambiente frívolo y superficial le afectó más de lo que debía.

Si bien su madre le había advertido que cuidara su peso, ya que varias mujeres de su familia tenían obesidad, fue cuando comenzó a buscar trabajo como modelo cuando la enfermedad apareció. A los 23 años ya era delgada, pero las constantes críticas a su contextura la llevaron a que a los 24 años pesara 38 kilos.

Pese a su avanzada anorexia, en el último tiempo ha tomado conciencia del daño que se hizo a sí misma y desde entonces ha participado en campañas relacionadas con la enfermedad, señalando que “Arruinó mi vida. Me dejó sola, sucia y poco atractiva para los demás”, indicó Terra.

La anorexia es uno de los principales trastornos alimenticios junto con la bulimia. Según cifras de la Pontificia Universidad Católica, entre el 0.5% y el 3% de la población padece esta enfermedad y se caracteriza por un rechazo a los alimentos, el miedo a engordar y una distorsión de la imagen corporal propia.

Este padecimiento se presenta mayoritariamente en adolescentes y mujeres jóvenes, y tiene diversos factores que la originan: aquellos biológicos (componentes hormonales y hereditarios); psicológicos (depresión, baja autoestima); y sociales (estándares de belleza y perfección), entre otros.

Además del desgaste visible del cuerpo, la anorexia trae consigo otros males como cardiopatías, osteoporosis, problemas reproductivos, gastrointestinales, renales e incluso neuronales.

La recuperación no es fácil. Antes de proceder al tratamiento, la persona afectada debe reconocer que padece esta enfermedad, lo que es un paso no menor.

Según señaló la Red Salud UC, el objetivo del tratamiento es “la recuperación psíquica, relacional y nutricional. Es necesario identificar y resolver los estresantes ambientales relacionados con las caídas a la angustia y restaurar un patrón de alimentación saludable”. Ahora, dependiendo de la gravedad del caso, el médico decidirá si llevar un tratamiento ambulatorio o si es necesaria la hospitalización. Asimismo, como la duración de éste puede variar de uno a cinco años hay que poner especial atención en que no se abandone el tratamiento, por lo que el apoyo de la familia es fundamental.

Por la probable irreversibilidad de la enfermedad, es importante saber reconocer algunas señales que indiquen la presencia de esta enfermedad, como por ejemplo: realizar dietas muy estrictas, evitar compartir las horas de comida con la familia, presentar un cambio de actitud y de humor, vómitos constantes, exceso de laxantes y diuréticos, tener intolerancia al frío e irregularidades menstruales o amenorrea.

Actualmente, Valeria Levitina no pierde la esperanza de ser madre de alquiler, pero lo más probable es que eso no ocurra ya que apenas puede realizar sus tareas cotidianas. En un mundo en el que algunas modelos incluso comen papel para mantenerse delgadas, según reveló la ex editora de Vogue Australia, hay que poner atención a cualquier signo ya que es mejor prevenir que curar.

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