Con sólo dos fiscalizadores está operando hace tres meses en la región la Superintendencia de Medio Ambiente. El organismo creado en el marco de la nueva institucionalidad ambiental, canaliza hoy todas las denuncias sobre incumplimiento de la normativa y puede aplicar gravísimas sanciones.

Cuando se instale y comience a funcionar el tribunal ambiental de Valdivia, tendrá competencia sobre los procesos iniciados en la región del Bío Bío y a él podrán apelar las empresas multadas por eventuales faltas.

La Seremi de Medio Ambiente, Marianne Hermanns, comentó que en la zona se ha hecho un programa y priorización de los proyectos a fiscalizar. Para esta labor trabajan dos personas, que además reciben y canalizan las denuncias.

Con el objetivo de contar con todos los antecedentes actualizados para poder fiscalizar, se pidió a las empresas corroborar sus antecedentes en la web de la superintendencia.

Según la seremi, todas ya lo hicieron, y hoy en casos de incumplimiento ambiental, se exponen a duras sanciones.

Marianne Hermanns reconoció que las actividades productivas relacionadas con la pesca, celulosa y termoeléctricas concentran la mayor cantidad de denuncias ciudadanas.

Los actos que al respecto desarrolle la superintendencia son públicos y pueden ser revisados en el Sistema Nacional de Fiscalización Ambiental.