La tensión subió este viernes en la península coreana tras las nuevas sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen norcoreano, que anunció la ruptura de los acuerdos de no agresión con el Sur.

El régimen norcoreano acostumbre a hacer anuncios agresivos contra Corea del Sur y Estados Unidos, pero en los últimos días ha acentuado su retórica belicosa, a medida que se acercaban el momento de la votación en la ONU y las maniobras militares conjuntas de Washington y Seúl.

Pyongyang amenazó sobre todo con denunciar el acuerdo de armisticio que puso fin a la guerra de Corea en 1953, agitó el espectro de una “guerra termonuclear” y advirtió a Estados Unidos de que se expone a un “ataque nuclear preventivo”.

Corea del Norte “abroga todos los acuerdos de no agresión entre el Norte y el Sur”, indicó este viernes el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea”, en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA unas horas después de la decisión del Consejo de Seguridad.

El principal pacto de no agresión entre el Norte y el Sur, separadas desde hace más de seis décadas, firmado en 1991, comprometía a ambos países a solucionar por las buenas sus litigios y a evitar confrontaciones militares accidentales.

Corea del Norte, agrega el comunicado, “notifica asimismo al Sur que cortará de inmediato el teléfono rojo entre el Norte y el Sur” instalado en 1971. Pyongyang amenazó en repetidas ocasiones con una ruptura de la comunicación intercoreana, y la hizo efectiva dos veces, según el Ministerio surcoreano de Reunificación.

El Consejo de Seguridad de la ONU impuso el jueves nuevas sanciones contra Corea del Norte como reacción tras su tercera prueba nuclear.

La resolución 2094, propuesta por varios países (entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y Francia) y adoptada unánimemente por sus 15 miembros, busca acabar con las fuentes de financiamiento utilizadas por Pyongyang para cumplir sus ambiciones militares y balísticas.

Las medidas ponen bajo vigilancia a diplomáticos norcoreanos y añaden a una lista negra a particulares y empresas sometidas al congelamiento de bienes o a la prohibición de viajar.

Estas nuevas sanciones “golpearán duro” al régimen comunista y “aumentarán (su) aislamiento”, dijo Susan Rice, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas. “Los líderes de Corea del Norte pagarán más caro desafiar a la comunidad internacional”, añadió.

Las medidas adoptadas este jueves se suman a una serie de sanciones adoptadas contra el régimen comunista desde que llevó a cabo su primer ensayo nuclear, en 2006, seguido de otro en 2009 y de un tercero el pasado 12 de febrero.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a Corea del Norte que “se abstenga de nuevas acciones desestabilizadoras y evite la retórica belicosa”.

En su comunicado, el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea fustiga las nuevas sanciones, votadas también por China, su único aliado de peso, tras laboriosas negociaciones con Washington.

Las relaciones entre el Norte y el Sur “ya no se pueden reparar y una situación extremadamente peligrosa prevalece en la península coreana donde podría estallar en cualquier momento una guerra nuclear”, advirtió.

El Ejército norcoreano replicará “sin piedad” contra cualquier intrusión, “ni aunque sea de una pulgada”, en su territorio.

La Casa Blanca aseguró que Estados Unidos “está totalmente capacitado” para defenderse. Un influyente senador estadounidense, el demócrata Bob Menendez, advirtió de que cualquier ataque nuclear por parte de Corea del Norte “sería un suicidio” y tildó de “absurda” la amenaza.