Amigos de BioBioChile:

El día 5 de marzo de este año, mi hija comenzó con vómitos, mientras venía a Temuco. Al verla tan pálida decidimos junto a mi mujer, llevarla al hospital donde trabajo, “Dr. Hernan Henriquez Aravena”, para su atención de urgencia.

Al llegar nos atendieron en ventanilla y nos indicaron que aparecía sin previsión en el, computador, producto de que mi mujer ya no trabaja y no habíamos realizado el tramite para que ella sea carga mía.

Nos llamaron por parlantes y pasamos para su atención, y nos atendió una doctora que desde un inicio nos dijo que la veía muy desidratada y que debía pasarle suero y hacerle algunos exámenes. Me pasó la solicitud de exámenes y fui a ventanilla, esperando que mientras solucionaba esto de la previsión mi hija sería atendida. Cabe destacar que trabajo hace 7 años en este hospital como tecnólogo.

Pero el nuevo sistema de atención instaurado en el hospital bloquea toda posibilidad de realizarle la atención de urgencias a un paciente, administrarle medicamentos y realizarle exámenes si este no cancela o no puede responder por los costos de ello (hospital público). La doctora tuvo la intención de atenderla, pero el sistema bloqueado le negaba poder sacar un
suero y administrárselo a mi chiquita.

El costo eran 55 mil pesos con los que no contaba en ese segundo, ya que no había salido con dinero y mi
mujer tampoco… Por lo tanto no podían atenderla. Yo andaba con mi uniforme y credencial del hospital (ya que estaba trabajando cuando empezó esto), me dijeron que fuera a hablar con la asitente social para que ella lo autorice, fui, me atendio la Sra. Monica Cea (presidenta de la Fenpruss, mi asociacion gremial) quien me indicó lo mismo que le aparecía bloqueada en pantalla Fonasa y que no podía hacer nada.

Así de simple, no podía hacer nada, siendo que ella podía haberlo autorizado. Volvi a donde estaba mi hija, y allá le informé a la doctora que nos llevábamos a mi hija al hospital donde trabajan mis dos hermanas (queda 1 hora y media), pues me habían negado la atención acá y allá era simplemente decir la verdad (que mi mujer no trabaja y mi hija era su carga) para que la atendieran de urgencia.

La doctora me decía que no, que estaba muy deshidratada y necesitaba atenderla, pero se sentía de manos atadas, que por favor no me la llevara y que el sistema no podía ser así. Yo a esas alturas lloraba de impotencia de que el hospital donde yo he trabajado por 7 años, donde he sacrificado cosas personales tiempo sudor y lágrimas me diera la espalda (mis colegas y jefes son testigo de ello, tengo mas de 4 notas de mérito por mi trabajo y sacrificio) la doctora llamaba a las asistentes sociales y recibía la misma respuesta, no se podía.

En una ventanilla a ella le informaron que podriamos ir a que nos hicieran un pagaré para que se pudiera atender, pero que fuera mi mujer por que a mí no me lo iban a aceptar.

En ventanilla le retuvieron su carnet de identidad mientras se realizaban los trámites, para que mi hija se pudiese atender. Ya habian pasado casi tres horas de espera con mi hija vomitando toda su ropa, mi mujer preocupada con sus ojos llorosos y yo llorando con impotencia por el trato recibido, por ver como mi hija tenia sus labios morados y su piel de un blanco que no había visto nunca en ella.

Mi hija gracias a Dios ahora se recupera en casa, con más color en sus mejillas y riendo como siempre y mi mujer menos preocupada. Yo tengo hoy permiso administrativo y pensando en si mañana podré entrar a ese monstruo de cemento que es el hospital donde trabajo, hospital público en el había decidido servir a la gente.

Rodrigo, escrito en Plazas Temuco.