Recién a sus 15 años, Blaer Bjarkardottir obtuvo el derecho legal de usar su nombre tras una dura batalla legal contra el gobierno de Islandia, que lo consideraba “no femenino”.

Hasta la reciente resolución de un tribunal del distrito de Reikiavik, las comunicaciones y documentos de las autoridades se dirigían a Blaer simplemente como “la niña”.

Según informó la agencia Associated Press, la adolescente indicó estar muy contenta con la decisión: “me alegro que esto haya terminado. Ahora espero recibir nuevos documentos de identidad. Finalmente tendré el nombre Blaer en mi pasaporte”.

Las leyes Islandesas -al igual que sucede en otros países como Dinamarca o Alemania- son muy estrictas en cuanto a la reglamentación para denominar a los niños.

Los nombres no pueden usarse de manera unisex, ni pueden considerarse equívocos en cuanto al sexo. Este último caso era la argumentación de las autoridades para prohibir a la niña el uso de su nombre.

“Blair”, que significa “brisa ligera”, era considerado masculino y se le negaba a la adolescente, con el argumento de proteger el idioma islandés.

Además, se indica que las elecciones de los padres deben encajar con la gramática y la pronunciación propia de Islandia. Por ejemplo, nombres como Cristina o Camila no pueden utilizarse debido a que la “c” no se integra en el alfabeto de dicho país.

Bjork Eidsdottir, madre de Blaer, fue quien luchó por el derecho de su hija a llevar y usar su nombre. La madre señaló desconocer al momento de nombrar a su hija que dicha denominación no estaba en la lista de poco más de 1.800 nombres permitidos para mujeres en su país.

El precedente que sentó este fallo permite, en un futuro, que este nombre sea llevado y utilizado por otras niñas en Islandia.

La decisión del tribunal, que no consideró pago de indemnizaciones para la niña, estimó que el nombre puede ser empleado indistintamente por hombres y mujeres. Agregó que Blaer tiene el derecho a utilizar la denominación dada por su madre, de acuerdo a la constitución islandesa y a las convenciones sobre derechos humanos firmadas por dicho país.

Finalmente, señalar que aún se desconoce si el gobierno de Islandia apelará o no ante la Corte Suprema por este caso.