Marri Marri Pu Peñi, Pu Lamngen, Kom Pu Che.

Soy Venancio Lemunahuel Coñuepan Mesías, hijo de Venancio Coñuepan, nieto de Coñuepan, bisnieto del líder de la Corporación Araucana Venancio Coñuepan, Diputado y Ministro de Estado; Tataranieto del Lonkgo General Venancio Coñuepan y descendiente del primer Venancio Coñuepan que luchó por la libertad de nuestras tierras, contra los españoles en Chile y en Argentina.

Provengo de un Küpalme (linaje) antiguo y respetado, por mis venas corre sangre mapuche antigua.

Y por tal condeno absoluta y categóricamente los hechos de violencia en nuestras tierras. La violencia no se justifica bajo ningún respecto. La violencia es aberrante venga de quien venga.

Sin embargo, la violencia de las ideas es la peor, crea resentimientos y extremistas, que no permiten avanzar.

Soy estudiante de Derecho, y como tal, creo en el Estado de Derecho. No obstante, esto implica derechos y deberes; uno de esos, es que le corresponde solo a los Tribunales de Justicia, determinar los autores de los delitos y aplicar las penas correspondientes.

Los autores de lo ocurrido, sean mapuches, wingkas, holandeses, franceses, alemanes, de izquierda, de derecha, de centro, etc., deben responder por sus actos.

Aunque no lo crean soy Mapuche y no soy “terrorista”. Así como la gran parte del Pueblo Mapuche, queremos que se den a conocer los responsables de estos actos.

Basta de ocupar el nombre del Pueblo Mapuche, para validar actos de violencia. Nuestros abuelos nunca actuaron con el rostro cubierto.

Los mapuche crearon los parlamentos, siempre con el diálogo por delante.

Los que validan la “vía armada”, son otros, son agentes exógenos inmiscuidos entre las diferentes organizaciones de nuestro pueblo, que por décadas han creado clientelismos basados en ideológicas ajenas, pretendiendo monopolizar demandas, vocerías y sueños de un pueblo.

Basta de usufructuar en el extranjero pidiendo euros o bolívares para nuestro pueblo, cuando en realidad su destino es lo más lejano a aquello.

Estas personas sean quienes sean; indígena, wingka, extranjero; de derecha, de izquierda o de centro, deben ser juzgadas por los organismos competentes.

Debemos responder como Estado frente a las demandas indígenas, dejar de pensar en resultados electorales, como en los últimos 20 años. De lo contrario solo contendremos la violencia por un tiempo, pero nunca alcanzaremos un entendimiento real.

La violencia no se valida bajo ningún respecto.

Venancio Coñuepan Mesías
@vconuepan
www.conuepan.cl