El célebre cantautor chileno, Víctor Jara, por cuyo asesinato un tribunal ordenó este viernes la detención de ocho exoficiales del Ejército acusados de ser autores y cómplices de su muerte, fue una de las primeras víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, el 16 de septiembre de 1973, sólo cinco días después de su inicio.

Jara, actor y bailarín, alcanzó fama con temas como “Te recuerdo Amanda”, “El cigarrito” y otros, que lo convirtieron en uno de los íconos de la música popular latinoamericana.

A 39 años de la muerte de Jara, el juez Miguel Vázquez, de la Corte de Apelaciones de Santiago, ordenó este viernes la captura -por el homicidio calificado del artista y complicidad- de los exoficiales, Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez.

Según la investigación, Víctor Jara fue detenido en la Universidad Técnica del Estado, donde impartía clases de teatro, durante la jornada del 11 de septiembre de 1973, cuando las fuerzas militares derrocaron al entonces presidente socialista Salvador Allende e iniciaron una dictadura que dejó más de 3.000 muertos en 16 años de régimen.

Jara fue trasladado al Estadio Chile, un centro de detenciones utilizado por los militares en Santiago, donde durante tres días fue interrogado y sometido a brutales golpizas en las cuales le fueron quebradas las manos.

“¡Mira mis manos, mira mis manos… me las machacaron para que nunca más vuelva a tocar la guitarra!”, le relató el propio Jara, de 41 años, al periodista Sergio Gutiérrez, que se encontraba también detenido en el Estadio Chile, según documentos de la época.

El asesinato de Jara se produjo el 16 de septiembre, cuando su cuerpo fue encontrado con 44 disparos de arma de fuego en un terreno baldío en las afueras de Santiago junto a otros cinco cadáveres, según la resolución judicial de este viernes.

Sus restos fueron reconocidos por un funcionario de la morgue de Santiago, quien avisó a la esposa del cantautor, la coreógrafa británica Joan Turner, quien enterró secretamente al cantautor, dos días después.

En diciembre de 2009, 36 años después de su muerte, la justicia chilena, que no había podido identificar a los asesinos de Jara, ordenó la exhumación de sus restos, lo cual permitió que el cantante fuera enterrado en una ceremonia oficial en la cual participó la entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

El artista chileno ha recibido innumerables homenajes, como el que le brindó el cantante inglés Roger Waters, exlíder de la banda de culto Pink Floyd, quien le dedicó un concierto que realizó en Santiago, en marzo pasado.