La comisión constituyente egipcia, dominada por los islamistas, iba a votar este jueves apresuradamente el proyecto de la nueva Constitución, en medio de la peor crisis política de que vive el país desde la elección del presidente Mohamed Mursi.

La votación “va a empezar hoy (jueves)” después de que se solucionen todos los puntos en suspenso, dijo a la AFP Esam el Erian, un consejero del presidente islamista Mohamed Mursi.

El Erian es uno de los dirigentes de los Hermanos Musulmanes, a cuyas filas pertenece Mursi.

Una vez que sea aprobado, el texto constitucional debe ser enviado a Mursi para que organice un referéndum de ratificación.

El presidente de la comisión constituyente, Ahmed Darrag, anunció el miércoles por la tarde, causando una sorpresa general, que la redacción del proyecto constitucional se terminaría en la jornada.

Sin embargo, el complejo procedimiento de votación artículo por artículo a dos vueltas no había comenzado aún ni siquiera se había repartido el texto entre los diputados.

La futura Constitución está en el centro de un pulso entre los islamistas y la oposición laica y liberal y las iglesias cristianas (coptas) de Egipto que boicotearon la comisión constituyente.

Cabe señalar que la adopción expeditiva de la Constitución permitiría a Mursi terminar con ese expediente, pero también podría provocar una rebelión de sus opositores.

Los principales enfrentamientos tienen que ver con la ‘sharia’, la ley islámica, en la legislación egipcia, la condición de la mujer y algunas libertades públicas.

La nueva Constitución debe remplazar la que estuvo vigente hasta la caída de Hosni Mubarak, derrocado en 2011 por una revuelta popular.

La comisión constituyente tenía plazo hasta febrero de 2013 para culminar sus labores. La controversia sobre la Constitución se suma a una grave crisis política provocada por Mursi, que hace una semana amplió sus poderes mediante decreto.

El decreto impide en particular a la Suprema Corte Constitucional disolver la comisión constituyente como lo solicita la oposición.

Los poderes reforzados de Mursi deben cesar, en principio, cuando se apruebe la nueva Constitución.

Mursi debe pronunciar el jueves un discurso televisivo para explicar su posición, indicó el diario gubernamental Al Ahram.

Desde hace varios días, Egipto está sacudido por manifestaciones masivas, salpicadas de violencia que han dejado un balance de tres muertos y centenas de heridos.

Algunos opositores llamaron a una nueva manifestación anti Mursi el viernes en la Plaza Tahrir, símbolo de la revuelta anti Mubarak.

Por su parte, los islamistas llamaron a manifestar el sábado en apoyo a Mursi.

El decreto de Mursi, que prohíbe a los jueces examinar los recursos contra las decisiones presidenciales, provocó numerosas protestas en el mundo judicial egipcio.

Los partidarios del presidente egipcio sostienen que la ampliación de poderes de Mursi apunta a sacar del estancamiento un proceso de transición caótico casi dos años después de la caída de Mubarak.

“Estamos aprendiendo. Aprendemos a ser libres. Nunca habíamos conocido eso antes”, declaró Mursi en una entrevista concedida al semanario estadounidense Time Magazine.

“Aprendemos a debatir. A tener opiniones diferentes. A ser mayoría o minoría”, agregó el presidente egipcio, que rechazó las acusaciones de “nuevo faraón” lanzadas por sus adversarios que denuncian una deriva “dictatorial” del poder.