Calma, no desesperes: todo tiene un momento y un lugar en la vida. Cuando parece que todo marcha a pedir de boca, es necesario estar más atento que nunca, pues la tranquilidad puede ofrecer quietud, inacción y lenta reacción.

Los contrastes muchas veces son necesarios, en el día trabajamos y la noche descansamos, las estaciones del año, nos abrigamos o despojamos de ropa, los sones de la música que nos ofrecen en su todo una obra magistral desde los coros polifónicos hasta una sonora tropical.

Parece ser muy necesario este tipo de cambios. Algunos están en la naturaleza del hombre por condiciones biológicas, y otros en adaptación, pero todos suelen ser luego de: Si siento frio, me abrigo. Si tengo sueño, duermo o cuando tengo angustia, lloro.

Pero en el futbol, muchas veces estos cambios pueden ser también parte de una reacción. Y otros, producto de planificación o intento de anticipación.

Bastante se ha hablado del momento de la Selección, un proceso que ha tenido que justificar siempre su trabajo, abriendo las puertas de Pinto Duran, mostrando planificación o tecnología aplicada, entre otras cosas.

Sabemos que todo en el fútbol está sustentado por los resultados. Bastó que la selección no sumara en una doble fecha eliminatoria para que todo cambiara, lo que sumado a las cuatro fechas de castigo a Claudio Borghi, hicieran pensar en el fin del mundo para periodistas y especialistas.

Analicemos esta situación: el banco es el lugar donde peor se ve el juego por la poca perspectiva que ofrece, la comunicación es limitada en un estadio repleto, como normalmente se da en eliminatorias. Quizás si uno presume que el discurso del entretiempo puede ser importante, siempre y cuando se vaya perdiendo y porque habría que pensar que asi será.

Además, siempre está presente la permanente comparación del proceso anterior con el existente, con los defectos y virtudes de cada uno, sus contrastes y diferencias importantes. Claro que tiene que ser así, debido a que los que comandan estos procesos son diferentes personas, con sus aciertos y errores, diferencias de personalidad, etc.

Pero, ¿Quién tiene suficientemente clara la película como para realmente descalificar a uno u otro? Nadie. Todo se mueve por creencias, intuición, identificación y quizás, muy pocos por vivencia como entrenador de la selección nacional exitoso. Como si esto fuera poco habría que agregar los intereses, de personas, todo tipo de medios, ex técnicos, hinchas, etc.

En definitiva, hay muchas situaciones, que quedan expuestas a interpretación o análisis, pero los que toman la decisión son unos pocos o uno. Así las cosas, él sabe que si los resultados no se dan, expone la continuidad laboral. Quién mejor que él, para querer lo mejor para sí mismo, y por ende para la selección.

Todos somos técnicos, o comentaristas, quizás por momentos hinchas. Algunos tendrán sus intereses, otros creerán que lo pueden hacer mejor, pero lo cierto es que hay que aceptar que en la vida hay contrastes y que quizás el saber unirlos nos puede permitir tener la mejor orquesta.

Simón Collado (BBCL)

BBCL

Waldemar Méndez Martijena es analista de Bío Bío Deportes y del Canal del Fútbol. Fue futbolista profesional en Argentina y Chile durante 19 temporadas. Puedes seguirlo en su cuenta de Twitter @WaldeMendez