En el criadero La Purísima de Teno, de propiedad de Pedro Santa María, comenzó el trabajo de equinoterapia o hipoterapia a través de la Fundación Susana Torrealba, favoreciendo en esta ocasión a más niños de la provincia.

Fuera de los niños de Coanil y María Ayuda, que llevan años en esto, se agregaron menores de Villa Prat y Hualañé, quienes se turna en jornada de mañana y tarde para practicar esta disciplina que sin duda les ayuda mucho en sus músculos y por supuesto en sus mentes.

La hipoterapia es un tratamiento kinésico, reconocido mundialmente. Es una forma de montar donde el paciente es colocado en varias posiciones por el kinesiólogo para así aprovechar al máximo el movimiento oscilante del caballo. La vida es movimiento, y la comunicación del ser humano con el movimiento del caballo es una experiencia única; la transmisión del movimiento del caballo hacia el paciente es igual a los movimientos físicos que presenta la marcha humana, por lo tanto el paciente no enfrenta pasivamente el tratamiento, por eso la utilización del caballo es clave. La cristalización de sus capacidades para el tratamiento de trastornos neurológicos de los movimientos ocurre en primer lugar, al tomar como centro de gravedad la inserción Neuromotríz.

La traída diferenciada de métodos kinésicos de tratamiento fue desarrollada por la Hipoterapia, transformándose en un tratamiento Neurofisiológico calificado con el uso del caballo. De ser una herramienta para ejercicios, el caballo se convirtió en un socio para los kinesiólogos y, hoy es conocido como el mejor Simulador de los Movimientos.

No hay máquina ni ejercicio humano que se le iguale. Esta disciplina es utilizada para la rehabilitación de pacientes con enfermedades neurodegenerativas y traumatológicas, discapacitados físicos y psíquicos, a través del paso cadencial del caballo. Es el poder curativo del caballo.

El presidente de la Fundación Susana Torrealba, Pedro Santa María, dijo que, “yo he nacido con el amor a los caballos y entre otras muchas cosas, sé que este animal, al caminar o galopar, provoca 110 movimientos que estimulan a los niños que presentan problemas físicos y mentales.

Por eso, hace años que estamos apoyando a las instituciones que acogen a niños con estas discapacidades –pero que son más inteligentes que nosotros- con el único propósito de colaborar en su mejoría, sin fin de lucro algunos, ya que la labor de la fundación que lleva el nombre de mi señora madre, persigue eso y nada más”, señalando finalmente que, “desde que comenzó este proyecto, estamos más que contentos con los logros alcanzados y esperamos la construcción de un recinto techado para que los niños puedan andar a caballo en las cuadro estaciones del año y solamente en Primavera y verano”.