Las principales economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) se reúnen esta semana en Vladivostok (este de Rusia) para potenciar el comercio y la cooperación en esta región, que representa el 57% del PIB mundial, con el telón de fondo de la crisis de la deuda europea.

Rusia alberga por primera vez este foro de economías emergentes, entre ellas Chile, México y Perú, y en el que participa también Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama, estará ausente en esta edición que coincide con el lanzamiento de su campaña a la reelección en las presidenciales de noviembre.

Estados Unidos estará representado por la jefa de la diplomacia Hillary Clinton en esta cumbre que se realizará los próximos días 8 y 9, aunque estará precedida por los encuentros de cancilleres, a partir de este miércoles, y empresarios de ambas orillas del Pacífico.

Entre las prioridades del país anfitrión para este encuentro, que tiene como lema “Integrarse para crecer, Innovar para Prosperar”, destacan la liberalización del comercio y las inversiones y la integración económica regional, la seguridad alimenticia, la mejora de los transportes y las cadenas logísticas, y la innovación para crecer.

La lucha contra el terrorismo mundial, junto con la seguridad de la información, el ciber terrorismo o la piratería son otras de las prioridades de la agenda de la cumbre, que se celebra por primera vez en Rusia.

El hecho de que Rusia haya elegido la remota Vladivostok, una ciudad portuaria en el extremo oriental del país que mira más por su cercanía a China, Japón o Corea, que a Moscú, de la que le separan más de 7.000 kilómetros y una geografía agreste, es una señal del giro que está dando la política rusa con Asia.

“Rusia busca que las relaciones económicas en la dinámica región emergente Asia Pacífico sean verdaderamente estables, equitativas y beneficiosas mutuamente”, dice el presidente ruso, Vladimir Putin, en la presentación de esta reunión.

La parte de Rusia en el comercio total de la región es por el momento de en torno el 1%. “Esto no corresponde en absoluto al perfil político ni a los intereses económicos de Rusia”, dijo recientemente Guennadi Ovechko, embajador plenipotenciario de Rusia en la APEC.

Una paradoja puesto que el país cuenta con formidables recursos energéticos y materias primas, que tanto necesitan sus vecinos asiáticos, con China a la cabeza.

Pero durante mucho tiempo, Moscú ha preferido mirar a Europa, su principal socio comercial, y ha dado la espalda a esta región, considerando incluso a algunos vecinos, como China, como una amenaza.

Pero la crisis de la deuda que sacude a Europa está haciendo revisar las prioridades comerciales no solo de Rusia sino de muchos países para reorientarlas hacia geografías con mayor potencial.

El conjunto de los 21 países miembros de la APEC exhiben datos inapelables: 57% del PIB mundial, 48% del comercio internacional, más del 40% de las inversiones externas directas y cerca del 40% de la población.

Nacido en 1989 en la ciudad australiana de Canberra como un foro consultivo sin una estructura institucional rígida o burocrática, ahora aspira a ser algo más que un lugar de reunión anual de sultanes y mandatarios de los países miembros.

Cerca de una docena de socios negocian un Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico (TPP), que será la mayor área comercial del mundo a ambas orillas del Pacífico.

Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, a los que se han sumado recientemente México y Canadá participan en la negociación. Japón también aspira a integrarse. En cambio China, la segunda economía del mundo, está fuera.

Muchos son los vecinos que temen a este coloso, empezando por Japón o Corea, cuyos contenciosos territoriales con Pekín amenazan la buena sintonía que pretende insuflar el foro, que desde 1998 se ha negado a ampliarse.

A la puerta esperan once países, entre ellos Costa Rica, Colombia, Ecuador, Guatemala, Panamá, India o Pakistán.