Gran Bretaña comunicó a Ecuador que cualquier pedido de salvocunducto para Julian Assange, refugiado en la embajada de Quito en Londres, será denegado aunque el país sudamericano conceda el asilo político al fundador de Wikileaks, según una nota divulgada este jueves.

“Debemos ser totalmente claros en que esto significa que en caso de recibir un pedido de salvoconducto para Assange, después de que (éste) haya obtenido el asilo, será denegado”, dice la nota entregada el miércoles por el encargado de negocios británico a las autoridades ecuatorianas.

Assange, de 41 años, se refugió en la embajada ecuatoriana el 19 de junio, tras haber agotado todos los recursos legales para evitar ser extraditado a Suecia, que lo requiere por supuestos delitos de agresión sexual que él niega haber cometido.

El fundador de Wikileaks, de nacionalidad australiana, teme que Suecia no sea más que una etapa antes de un traslado a Estados Unidos para responder por eventuales acusaciones de espionaje por la revelación en su portal de cientos de miles de cables diplomáticos y de documentos de Washington sobre las guerras de Irak y Afganistán.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, denunció el miércoles haber recibido una “amenaza expresa y por escrito” de que el Reino Unido podría asaltar la embajada si Ecuador rehusaba la entrega de Assange” e indicó que el gobierno de Rafael Correa comunicará su decisión al respecto este mismo jueves a las 08:00 horas.

En su nota, el Foreign Office establece que una ley de 1987 le permitiría revocar la inmunidad diplomática de una embajada en territorio británico “para actuar y detener a Assange en el recinto diplomático”.

Pero añade que el gobierno de David Cameron mantiene su “compromiso” con la búsqueda de una solución y considera que “una declaración conjunta (de los dos gobiernos) y una entrega voluntaria de Assange son la mejor solución” para resolver el caso.

Patiño indicó que “el ingreso no autorizado a la embajada de Ecuador” sería un hecho “inadmisible” y constituiría “una violación flagrante de la Convención de Viena”.