El seleccionado de rugby de Argentina, los Pumas, se apresta a dar batalla a sus colegas más poderosos, con el debut en el Rugby Championship, el certamen que reemplaza al Tri-Nations, con el ingreso de los sudamericanos para enfrentarse a Australia, Sudáfrica y el campeón mundial Nueva Zelanda.

Esta competencia representa para los argentinos una gran oportunidad y, al mismo tiempo, una fuerte exigencia, con la misión de revalidar sus buenas actuaciones en los últimos mundiales -incluido el tercer puesto en Francia-2007-, y a la vez, consolidar el progreso con competencia ante rivales de primer orden.

A partir de los resultados alcanzados, el rugby argentino buscó su inserción en los campeonatos de máxima jerarquía, aunque fueron necesarias intensas tratativas para generar un cambio en el ‘establishment’ del rugby y ser parte del campeonato que agrupa a los principales seleccionados del Hemisferio Sur.

El ex capitán de los Pumas Agustín Pichot se encargó de las gestiones para llevar a Argentina al ‘primer mundo’ del rugby, con el apoyo de Bernard Lapasset, titular de la International Rugby Board (IRB), aunque no fue fácil convencer a la Sanzar, la unión que agrupa a Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia, hasta el acuerdo definitivo, firmado en noviembre de 2011.

“Los Pumas se merecen esto. Hay que pensar en el largo plazo como algo sustentable, que crezca todo el rugby es el gran desafío para Argentina. Estuvimos mucho tiempo preparándonos y habrá un cambio estructural. Será otro nivel de espectáculo y los argentinos podrán disfrutar del mejor rugby del mundo”, remarcó Pichot.

En el ámbito local, la percepción es que, al menos en el comienzo, este certamen representará una experiencia de intenso voltaje, con mucho por aprender, por lo cual será indispensable adaptarse al juego de los poderosos para tratar de llegar a su altura con el transcurrir del tiempo y de los partidos.

“El Cuatro Naciones va a ser un torneo muy difícil porque Argentina no está acostumbrada a jugar seis partidos seguidos de esa envergadura. Va a ser muy duro al comienzo, aunque Argentina tiene que trabajar y planificar para jugar con los mejores”, consideró el entrenador Santiago Phelan.

Del lado de los jugadores, Patricio Albacete consideró que este torneo “es como jugar un Mundial todos los años”, y Marcelo Bosch remarcó que “esto es más intenso que un Mundial, porque hay que jugar seis partidos contra los mejores del mundo, y en una Copa del Mundo te medís con cuatro o cinco equipos que no son tan fuertes”.

Para sumar jerarquía en la misión de estar a la altura de las potencias, la Unión Argentina de Rugby contrató a Graham Henry, excoach de Nueva Zelanda, que acudió varias semanas a Buenos Aires para colaborar con Phelan y otros entrenadores.

Henry, que condujo a los All Blacks a la obtención del Mundial-2011, dijo que “Argentina se va a enfrentar a los tres mejores equipos del mundo, y es un gran desafío pero es lo que necesita para mejorar. Uno de los objetivos es que Argentina pueda marcar más tries, como también que los rivales no logren anotar”.

Además, para adecuarse al rugby veloz y potente de sus adversarios, Phelan llevó un plantel con 39 jugadores a un centro de alto rendimiento en Pensacola, Estados Unidos, a una intensa pretemporada de dos semanas.

En cuanto al equipo para el Championship, Phelan acudirá con buena parte del conjunto que llevó al Mundial de Nueva Zelanda-2011, incluido Rodrigo Roncero, que se retirará al final del torneo, y el estelar Juan Martín Hernández, de regreso a los Pumas luego de tres años por una severa lesión.

Por el contrario, la baja mayor es la del ex capitán Felipe Contepomi (reemplazado por Juan Martín Fernández Lobbe), que dedicará esta parte de la temporada a su club, el Stade Français, y, al igual que Roncero, se alejará del seleccionado albiceleste al final de la temporada.