Fuegos de artificio junto a lo mejor de la música británica, fueron los ingredientes de la ceremonia de clausura de unos Juegos Olímpicos sencillamente impecables, en donde varios reescribieron la historia del olimpismo durante 17 días (contando desde la inauguración oficial), captando la atención del mundo desplazando al fútbol en todos los noticiarios.

Llega la hora de hacer los balances de la cita olímpica, en donde Chile pasó sin pena ni gloria por el medallero. Es verdad, las esperanzas eran al menos que Tomás González consiguiera una presea, pero la realidad fue otra. El “casi” nos dejó con las ganas.

Sin embargo, calificar de un fracaso la presentación de la delegación chilena -que fue la más numerosa en la historia de los Juegos Olímpicos modernos-, es una sobrerreacción propia de “opinólogos” que aparte del destacado gimnasta, no siguen regularmente las carreras del resto de los competidores.

Claramente hubo rendimientos que no fueron los esperados, pero en la raya para la suma, el sólo hecho de que 35 deportistas participaran de la cita de los anillos, es una muestra que se está en el camino correcto aunque queda mucho por avanzar.

Dentro de los que brillaron en Londres, se llevan un lugar destacado Tomás González y Natalia Ducó con sus sendas finales olímpicas. Pero además, es menester hacer mención a otros quizás no tan mediáticos, pero que destacaron en sus disciplinas, como Francisca Crovetto, Gonzalo Barroilhet y Esteban Bustos.

Estos últimos son los llamados a brillar -no sólo en los próximos Juegos de Rio 2016- como parte de una nueva generación de deportistas, y que deberán ser apoyados correctamente desde el aparato estatal con el Plan Olímpico pensando en ellos como proyectos a largo plazo.

Tomás González | ADO Chile/Mauricio Palma

Tomás González | ADO Chile/Mauricio Palma

Por otro lado, y muy en deuda, quedan Bárbara Riveros, Denisse van Lamoen, Yeny Contreras, Kristel Köbrich y Luis Mansilla.

Aquí cabe hacer un análisis un poco más profundo. En el caso de la triatleta, argumentar que llegó “sin chispa” para justificar su 16º lugar, es para pensar…¿cuatro años esperando esta competencia para no llegar con “chispa”? Puede que la planificación del viaje le haya pasado la cuenta, aunque de todas maneras quedó al debe, puesto que la “pequeña gigante” ha demostrado que es capaz de mucho más.

Similar situación le cabe a Yeny Contreras, la coronelina a la que no le respondieron las piernas en el taekwondo, según reconoció. ¿Cuánto de trabajo psicológico le faltó? Al parecer careció alguna ayuda, al igual que el ciclista Luis Mansilla que culminó último en el Ominum. Tras la competencia, el pedalero admitió que la situación vivida luego de la acusación de dopaje en el que se vio envuelto, le afectó en su preparación.

Lo de Kristel tal vez podría justificarse en que no es su prueba específica, pues compitió en los 400 m y 800 m, cuando su fuerte son los 1.500 que no están considerados en la competencia olímpica. De no variar esta discutible decisión de los jerarcas del COI, habrá que esperar preseas en los Mundiales de Natación solamente.

El gran punto negro de Londres, más allá del rendimiento deportivo, fue la situación que vivió la pesista María Fernanda Valdés, quien acusó garabatos por parte del presidente de su Federación.

Más allá que se trate de un deporte donde la adrenalina debe estar al tope, es un descriterio que un dirigente trate a una deportista de élite con ese lenguaje, más aún cuando la motivación debe venir por parte del técnico, no alguien que va a pasear y desfilar en la ceremonia de inauguración.

Pese a lo anterior, queda la pequeña satisfacción que se está en el camino correcto, no sólo por los rendimientos, sino también por la mentalidad de quienes compitieron, donde la frase recurrente fue: “se sufrió una derrota, pero no un fracaso”.

Esa mentalidad “loser”, tan típica del chileno, que sólo acudía a competir y compartir con deportistas de élite, al parecer está cambiando. Y eso hay que valorarlo, pues en la medida que los nacionales entiendan este cambio, será posible eclipsar el fútbol como deporte que domina en nuestro país, pese a no ser el más exitoso.

En ese sentido, me queda la sensación de que la participación chilena en Londres 2012 no fue un fracaso, hubo derrotas dolorosas, como ver a Tomás González a centímetros del podio, pero por otro lado queda la sensación de que las rutas están trazadas…ahora depende del apoyo privado, del Gobierno y de los propios deportistas conseguir llegar a las ansiadas preseas en la próxima cita olímpica.