Estimados amigos de BioBioChile:

Para las personas que no me conocen, mi nombre es Rubén Reyes. Soy grabador y fotógrafo, y vivo en la ciudad de Molina, población Empleados Particulares.

Desde niño he desarrollado afinidad y cariño por las mascotas, perros y gatos. Siempre he tenido una cerca de mí, que me ha entregado su incondicional amistad, agradecimiento y sublime cariño.

Hace unos tres años llegó una gatita ya grande a rondar la casa en busca de comida. Tras darle comida a menudo, terminó quedándose. Tiempo después, tiraron un gatito romano de semanas por sobre la pandereta, de manera que no hubo otra alternativa que adoptarlos a ambos.

La gatita parió en tres ocasiones, y seguido se regalaban sus cachorros, pero de las últimas dos veces quedaron cuatro crías que no pudieron ser entregadas debido a su edad (el gato romano creció hermosísimo).

Me preocupé de la alimentación y resguardo de todos ellos, hasta le registraba fotográficamente en sus etapas de crecimiento…

El pasado sábado 28 de julio, la gata mamá y dos de sus gatitos hijos amanecieron envenenados. Una de sus hijas, de color blanco, la encontré en el patio. Más tarde encontré a la gatita mamá -que sus colores eran gris y blanco- estaba tirada en la calle avenida poniente a pasos de mi casa, al lado de un poste eléctrico, y su otro gatito hijo, que en su cara tenía una mancha negra, lo encontré a un metro de ella, muerto dentro de una bolsa negra de basura.

El gatito romano en tanto, no ha vuelto aparecer. No encontré su cuerpo, de manera que también presumo su muerte por envenenamiento.

Pasado el mediodía de ese sábado, me dirigí al Reten de Carabineros de Chile en Molina, a hacer la denuncia. Un funcionario en servicio anotó mi nombre y dirección y quedó de enviar un móvil para formalizar mí denuncia. Me comentó que para avalar el envenenamiento tendríamos que necesitar la certificación de un profesional.

Regresé a mi casa, pasaban las horas y no llegaba Carabineros. Me contacté telefónicamente con un amigo médico veterinario, quien me cito a su consulta a las 15:30 horas. Me pidió que le llevará al menos unos de los gatitos para examinarlo. Fui a su consulta con el gatito que encontré muerto dentro de la bolsa de basura, le examinó y certifico que su muerte fue por algún tipo de intoxicación ‘no accidental’ por los síntomas exhibidos en su cuerpo.

Regresé a mi casa a la espera de Carabineros, mas ellos nunca llegaron. Eran pasadas las 6 de la tarde, y emprendí el entierro de los gatitos antes de que la luz del día se fuera.

Fue una jornada demasiado dolorosa para mí.

Años de cuidarlos, alimentarlos, de disfrutar de su belleza y compañía, para que alguien decida envenenarlos cruelmente encubiertos en la cobardía de la noche.

Aparecieron simultáneamente tres de mis mascotas muertas y una quedó desparecida. Acudo en ayuda a Carabineros para denunciar y poder investigar este acto abominable y es infructuoso, y la perversa persona que cometió dichos ilícitos -que no tengo la menor idea de quién pudo haber sido, pero que me ha causado un muy grande daño emocional- esta en resguardo en su vil anonimato.

En este país y en la paupérrima comunidad de Molina no hay conciencia del maltrato animal.

Por favor, ayúdenme para que esta masacre no quede inmune y en el olvido.

Rubén Reyes.

acuso envenenamiento de mis gatos | Rubèn Reyes

Acuso envenenamiento de mis gatos | Rubén Reyes

Acuso envenenamiento de mis gatos | Rubén Reyes

Acuso envenenamiento de mis gatos | Rubén Reyes