Las viudas de un atleta y un entrenador israelíes muertos en 1972 en los Juegos Olímpicos de Múnich entregaron este miércoles al presidente del COI una petición para que se haga un homenaje a las víctimas en la ceremonia de apertura de los Juegos el viernes.

Ankie Spitzer e Ilana Romano fueron recibidas a última hora de la tarde por Jacques Rogge en el hotel del Comité Olímpico Internacional (COI), tras la reunión de la institución olímpica, después que una primera entrevista fuese pospuesta el martes.

Le entregaron una petición con 105.000 firmas pidiendo al COI que se observe un minuto de silencio durante la ceremonia de apertura de los Juegos en la noche del viernes en Londres.

El COI ha rechazado hasta ahora esta petición, a pesar de que ha sido apoyada por varios países, entre ellos Estados Unidos y Canadá, alegando que la ceremonia de apertura no es el contexto adecuado.

Antes, por la mañana, las dos viudas habían llamado a guardar un minuto de silencio “espontáneo” por parte del público que asistirá a la ceremonia de apertura de los Juegos en la noche del viernes.

“Cuando Jacques Rogge tome la palabra (durante la ceremonia, ndlr), pedimos a la gente en el estadio que se levante para un minuto de silencio”, dijo Ankie Spitzer, viuda de Andrei Spitzer, entrenador del equipo israelí de esgrima.

“Rogge sabrá que no se levantan por él, sino que entenderá que se levantan para rendir un homenaje a los atletas asesinados”, añadió durante una rueda de prensa en Londres, organizada en un restaurante cerca del parque olímpico.

“Es nuestro último recurso”, consideró Ankie Spitzer, después que el COI no haya accedido por ahora a la petición de estas viudas.

“Nuestros maridos murieron en la escena internacional, se debería recordar su memoria ante los millones de personas que van a ver los Juegos”, añadió Ankie Spitzer, de 66 años, que llevaba sobre chaqueta blanca un broche que representaba una paloma.

El lunes, Rogge había guardado un minuto de silencio tras su visita a la Villa Olímpica y prometió la presencia del COI en una ceremonia organizada por el Comité Olímpico Israelí, la próxima semana en Londres, y con ocasión de la celebración del 40 aniversario de la masacre, el 5 de septiembre próximo en Múnich.

Spitzer, madre de familia y abuela israelí, viajó a Londres con Romano, viuda de Yossef Romano, un levantador de pesas muerto también durante la toma de rehenes que se convirtió en un baño de sangre en los Juegos Olímpicos de Múnich.

La toma de rehenes de deportistas israelíes por los miembros de la organización palestina Septiembre Negro se saldó con la muerte de 11 israelíes, cinco miembros del comando palestino y un policía de Alemania Occidental.