Los Juegos Olímpicos de Londres ya se quedaron sin una figura trascendental, conocedora de los pastos de Wimbledon (campeón allí) escenario de la especialidad de tenis en el magno evento inglés y seguramente un actor deportivo al que se le iba prestar máxima atención por lo que es hoy por hoy, en el profesionalismo a ultranza, un exponente de la máxima competitividad y además un serio candidato a obtener por segunda vez una medalla dorada, tras haberle ganado la final de Beijing en 2008 a Fernando González.

La deserción de Rafael Nadal a los Juegos, anunciada por el propio tenista español, debe mirarse más allá de Londres 2012. La tendinitis en su rodilla izquierda no apareció ahora. Nadal la sostiene desde hace 7 años, casi cuando comenzó a ganar los torneos importantes, como el Roland Garrós en 2005 ante Mariano Puerta que fue el lanzamiento definitivo para la espectacular carrera del manacorí.

Por aquellos primeros años, Rafa jugaba partidos muy extensos especialmente en las canchas lentas, superficie que de por sí exige rendimientos superiores a otras por cuanto hay que jugar bien en todos sus sectores y el servicio no es la carta fundamental. Por la forma de interpretar el tenis en aquellas primeras temporadas, más defensivo y de control, Nadal estaba en cancha más tiempo de lo habitual.

Después Nadal cambió algunos puntos de su juego, mejorando el servicio y aprendiendo a jugar en canchas rápidas.

Pero el tiempo de disputa de sus partidos apenas se había reducido en algunos minutos. Y en cemento, Rafa corría y devolvía igual que en arcilla. Alguna vez en otro medio dijimos que esta forma de jugar a la larga complicaría su carrera mucho antes que al resto.

La lectura de este adiós a los Juegos Olímpicos del actual número 3 del mundo debe verse como una señal de alarma para lo que viene. Los Juegos se disputan cada 4 años los torneos de ATP y los del Gran Slam, cada semana. Apenas finalice Londres 2012 los jugadores deberán enfocarse otra vez en el circuito. Y lo que viene es todo cemento y superficies rápidas bajo techo.

Primero toda la carrera al US Open, una serie de torneos que se juegan en Estados Unidos que incluyen los masters 1000 de Toronto (Canadá) y Cincinnatti ) para culminar en el último grande del año, el Us Open en Nueva York.

Terreno poco propicio para quien padece lesiones crónicas en el tren inferior (Nadal en sus rodillas) y más favorable para Roger Federer (1) y Novak Djokovic (2), ambos pueden tomar distancia en el ránking de la ATP ahora conducido por el suizo (apenas 75 puntos por encima de Nole) y dejarlo atrás considerablemente si el español no soluciona aunque más no sea con una medida de “parche”(¿infiltraciones?) su inconveniente físico. A favor de sus dos contendientes en la cima del mundo del tenis, no suelen presentar grandes problemas con lesiones complicadas.

El Rafa deberá apelar, entonces, a su inconmensurable amor propio más allá de sus excepcionales cualidades para competir para no dejar escapar a sus rivales deportivos. De lo contrario le será muy difícil correr esta carrera de campeones hasta el final del 2012.