Debido a que el paisaje es una de las superficies más parecida a la marciana, los terrenos del Observatorio Paranal de ESO, en el desierto de Atacama, sirvieron para poner a prueba las ideas del próximo vehículo autodirigido que la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) pretende lanzar al planeta rojo.

Durante dos semanas, los científicos probaron el prototipo llamado “Seeker” (el buscador), en una zona particularmente parecida a la superficie de Marte, donde observaron al vehículo deambular con cuidado a través del abrupto paisaje, manteniendo tan solo una vigilancia por radio.

“Seeker” utiliza una visión estereoscópica para sondear su entorno, valorar cuánto ha avanzado y planear su ruta, teniendo cuidado con el fin de evitar obstáculos. Utiliza como plataforma parte del resistente vehículo RoboVolc, diseñado originalmente por la empresa BAe Systems (Reino Unido) para trabajar en cráteres de volcanes.

Debido a que los vehículos enviados a Marte no pueden teledirigirse desde la Tierra, el equipo de ESA afina conceptos para convertir a “Seeker” en un vehículo totalmente autónomo.