A un nivel verdaderamente crítico se sobrecalentó la crisis en Siria, luego de que la canciller norteamericana Hillary Clinton acusara a Rusia de estar proveyendo al gobierno de Basher Assad con nuevos helicópteros de ataque.

La acusación fue ásperamente desmentida por el gobierno ruso que, no obstante confirmó que ha estado cumpliendo sus compromisos de venta de armamento a Siria, y lo seguirá haciendo en el futuro, pues no existe ningún impedimento legal para ello, tal como Estados Unidos está atiborrando de armas a las monarquías petroleras árabes.

Además, el canciller ruso Sergei Lavrov retó a la Clinton a que diera a conocer de dónde había sacado aquel infundio del envío de helicópteros de ataque. Pero Hillary Clinton se limitó a decir que no podía decir quién se lo había ido a decir. También el Subsecretario de Operaciones de Paz de las Naciones Unidas, Hervé Ladsous, que había afirmado que ya Siria se encontraba en plena guerra civil, no sólo fue desmentido por la propia Hillary Clinton, sino por la misma jefatura de los observadores de las Naciones Unidas, que encabeza el general Robert Mood, de las fuerzas armadas de Noruega.

También se informó que, por primera vez, el Ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, tuvo que reconocer ante el Parlamento que sí hay unidades de fuerzas terroristas, presuntamente vinculadas a Al Qaeda, que operan en cruentas acciones de las que luego culpan al Gobierno de Siria, y confirmó que fuerzas rebeldes han atacado a los observadores de las Naciones Unidas, y que sistemáticamente han realizado acciones terroristas para hacer fracasar la misión de las Naciones Unidas.

En China, el distinguido académico Dog Kamyuan, del Instituto de Estudios Internacionales, señaló ante la prensa internacional que varios países occidentales han realizado acciones que exacerban la violencia, nutriendo una campaña de prensa extremadamente virulenta en que se acusa al gobierno sirio de atrocidades, sin que haya pruebas válidas de ello. Entre las acciones más dañinas para una salida pacífica a la crisis, el profesor Dog Kamyuan destacó el expulsar a los embajadores sirios, y luego, el bloquear las transmisiones de radio y tv de Siria, así como silenciar sus comunicaciones satelitales y de internet.

Según los líderes de la Hermandad Musulmana en Egipto, son los rebeldes sirios los que se niegan a entablar diálogo y no dejan más opción que la guerra. En tanto, los observadores del Oriente Medio y Asia destacan que el terrorismo está extendiéndose nuevamente por Irak y también por el Líbano, recibiendo apoyo de las monarquías petroleras y de Estados Unidos. En esas circunstancias, la atención mundial está centrándose en la visita que hará el presidente ruso Vladimir Putin, al presidente palestino Mahmud Abbas, en Cisjordania, el próximo 26 de junio.