La adicción a los videojuegos aún no es considerada una patología reconocida, como sucede con la dependencia al alcohol o drogas; sin embargo, numerosos estudios desarrollados en los últimos años han tratado de demostrar que puede ser igual de dañino a, por ejemplo, la adicción a las apuestas.

Esto debido a que los comportamientos adictivos se refieren “a cualquier actividad que las personas no puedan evitar realizar y que lo lleven a desarrollar conductas compulsivas, que perjudiquen su calidad de vida; en el presente, con el avance de la tecnología, se ha llegado a definir la tecnofilia, como la adicción compulsiva a la utilización de implementos como celulares, computadores, iPhones u otros”, especificó Ximena Honorato, psicóloga del centro de salud “Armonía Vital” de Viña del Mar.

Del mismo modo, los videojuegos pueden ser igual de adictivos. “Existen investigaciones que han determinado que los aficionados a los videojuegos dicen sentirse mejor cuando éstos les producen sensaciones positivas asociadas al ganar y lograr el éxito en actividades que implican la liberación de adrenalina, aún cuando sea mediante una fantasía virtual”, agregó la profesional.

En este sentido, el Instituto Nacional de Educación en Singapur realizó un estudio durante el 2011, concluyendo que la dependencia a los videojuegos presentaba características patológicas similares a las personas adictas a las apuestas.

La investigación fue realizada durante dos años con una muestra de más de 3 mil estudiantes de tercer a octavo grado en Singapur, detectando que cerca del 9% de los jugadores cabían en la categoría de “patológico” en el diagnóstico de la adicción al juego, según los estándares de la Asociación Americana de Psiquiatría.

Pero este estudio no es aislado, en diversas partes del mundo, se ha indagado en esta condición, obteniendo similares resultados.

Un ejemplo es Norcas, un grupo de apoyo para adictos a las drogas, alcohol y apuestas que lleva trabajando desde 1978 en Norfolk, Inglaterra, quienes han anunciado que en el futuro los dependientes a los videojuegos deberán ser tratados como cualquier otro paciente con problemas de adicción.

Cuánto más se juegue, existe más probabilidad de transformar un pasatiempo en adicción. Por ello es importante que si descubre a su hijo jugando a escondidas por más del tiempo normal, si deja de lado otras actividades que le eran placenteras o de autocuidado personal, busque ayuda profesional.

“Se debe comenzar a extinguir paulatinamente el efecto reforzador, estableciendo límites en referencia a la actividad, determinando su uso como un privilegio y no un derecho. Se debe limitar los tiempos de juego a no más de 1 hora; compartiendo el juego con los niños pero planteando actividades de alternativas, como llevarlo a practicar deportes que le gusten”, aconsejó la psicóloga, Ximena Honorato.

Se debe ser especialmente precavido con los hombres, debido a que un estudio realizado en nuestro país por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile constató que los varones cumplen más criterios de adicción a los videojuegos que las mujeres.

Pero la adicción no sólo está asociada al género; también se deben considerar otros factores externos como una personalidad dependiente, problemas familiares y sociales, los que pueden ser índices de riesgo.

Honorato agregó que “muchos niños utilizan los videojuegos como mecanismos de escape a dificultades en el colegio o en el hogar, obstaculizando así el desarrollo adecuado del menor, ya que confunden la realidad con la fantasía. En este sentido la fantasía y la evasión actúan como reforzadores positivos de las conductas adictivas a los videojuegos.”

Si bien los videojuegos no generan los mismos problemas como adicciones a las drogas o el alcohol, si pueden desencadenar en problemas de concentración, bajo rendimiento escolar, depresión y aislamiento social.