La historia de la marihuana, desde sus usos pretéritos hasta el presente, ha estado cubierta por el humo de la polémica. Detractores y opositores a su uso y legalización se enfrentan ante una sustancia que muchos califican como adictiva y dañina, mientras otros ensalzan sus aplicaciones y beneficios.

En ciertos círculos, en Chile es frecuente que con la llegada del cuarto mes del año se repita la frase “abril, cogollos mil”. Ésta hace referencia a la cosecha de la planta, que se produce en la fase temprana del otoño en lo que respecta a los cultivos en exterior. El cogollo es la parte de la planta que concentra la mayor parte de THC o Tetrahidrocannabinol, el componente activo de la marihuana y que, a lo largo de los años, ha desatado la polémica.

Sin embargo, desde sus primeros momentos la marihuana no ha sido utilizada sólo con fines recreacionales. Los primeros antecedentes documentados sobre el uso de la cannabis datan del 2727 antes de Cristo, aunque también hay indicios de su utilización hacia el 7000 A.C. Desde aquellos años, el cáñamo ha sido utilizado para producir fibra vegetal, obteniendo de ésta una infinidad de subproductos como alpargatas, cuerdas, sacos, etcétera.

En la mayor parte de su historia la marihuana no había sido objeto de criminalización, sin embargo una intensa campaña a principios del siglo XX motivó a la creación de políticas destinadas a su control. Éstas, en su gran parte, son atribuidas al magnate de la prensa estadounidense William Randolf Hearst, quien, teniendo inversiones potentes en la industria maderera, veía con temor cómo el cáñamo se convertía en un sustituto barato del papel. Además, culpaba a la cannabis como la catalizadora de los actos criminales que, según él, eran inherentes a la comunidad mexicana.

Sobre su consumo existen divergencias. Muchos organismos advierten de los daños que provoca el THC en el cuerpo humano. De acuerdo a lo que señala en sus folletos el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace, la marihuana es adictiva y “puede ocasionar diversos problemas al sistema nervioso central, aumentando la posibilidad de depresiones, ansiedad y crisis de angustia”. Lo anterior se suma, de acuerdo al organismo, a otros daños que provocaría en el sistema respiratorio, cardiovascular y reproductor.

Sin embargo, diversos estudios han concordado en los beneficios de la cannabis con fines medicinales. Uno de los más recientes, realizado por un equipo compuesto por profesionales del Departamento de Mejora Mental de Groningen en Holanda concluyó que su consumo, combinado con los videojuegos, ayuda notoriamente a la retención de memoria y a prevenir el Alzheimer.

Otra investigación, realizada por profesionales de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense y el Centro Nacional de Biotecnología en España, asegura que algunos compuestos derivados de la marihuana detienen el crecimiento de tumores y reducen el riesgo de aparición de metástasis, además de bloquear la generación de nuevos tumores.

Un último estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, sostiene que la inyección de de una sustancia sintética con efectos similares a la marihuana puede aumentar el poder cerebral y, refutando estudios anteriores, ayudaría al control de la ansiedad.

Estos estudios se suman a otros beneficios asociados a la droga, como la reducción de la presión intraocular y prevención de las cataratas, o la regulación del apetito.

¿Cuál es tu postura sobre el consumo de marihuana? ¿Debe prohibirse o estás abierto a su legalización?