Luego de 85 años de historia, la tradicional empresa regional de calzados, Caprice, cerró sus puertas al declararse en quiebra. Cerca de 250 personas quedaron sin trabajo.

Era una de las tradicionales empresas chilenas de producción y comercialización de calzado femenino. Caprice nació en Concepción en 1927. A sus 85 años la fábrica quebró y dejó de funcionar.

Son 230 personas, muchos con más de 30 años de trabajo. No sólo lamentan perder sus puestos laborales, sino también, el cierre definitivo de una fábrica prestigiosa en la región y el país. Pero los productos chinos, dicen, más económicos pero de mala calidad, llenaron el mercado del calzado.

Saben que hace más de un año la empresa arrastraba deudas y problemas económicos, lo que generó la quiebra. Pero también reconocen, que jamás dejaron de pagarles sus sueldos. Así lo sostuvo, Pedro Olate, presidente del sindicato de trabajadores, quien agregó que ahora esperarán los pagos finales.

Pese a que lo veían venir, tenían la esperanza de que la situación se revirtiera. Con incertidumbre respecto a sus futuros laborales, los trabajadores vieron cerrar para siempre las puertas de la fábrica Caprice.