El presidente estadounidense, Barack Obama, expresó el viernes su admiración por la resiliencia de Japón un año después del devastador terremoto y tsunami, en tanto aseguró que la alianza entre los dos países seguirá siendo “inquebrantable”.

Obama dijo que él y la primera dama, Michelle Obama, se unían a “todos los estadounidenses para honrar la memoria” de los 19.000 muertos o desaparecidos que dejó en Japón uno de los terremotos más fuertes de la historia contemporánea.

“Nos seguimos inspirando del pueblo japonés, que enfrentó esa pérdida inimaginable con una fortaleza extraordinaria. Su resistencia y determinación para reconstruirse más fuertemente que antes es un ejemplo para todos nosotros”, sostuvo Obama en un comunicado.

“La amistad y la alianza entre nuestras dos naciones es inquebrantable y el pueblo de Japón seguirá teniendo un socio permanente de Estados Unidos en el futuro”, añadió.

Estados Unidos cooperó rápidamente con las labores de socorro después del desastre del 11 de marzo de 2011, con la reconstrucción de pistas de aterrizaje, realizando vuelos para llevar suministros a las zonas más afectadas y evaluando a los afectados de la planta nuclear de Fukushima.

Obama elogió a Japón, uno de los mayores donantes internacionales, por mantener sus compromisos en materia de asistencia extranjera a pesar del abrumador desafío de la reconstrucción.

Sólo el viernes, Japón se comprometió a dar 26,7 millones de dólares para ayudar a los refugiados en Afganistán y en toda África.

“En este día en que nuestros pensamientos y oraciones están con el pueblo japonés en recuerdo de las penurias a que hicieron frente hace un año, permítasenos celebrar el camino de la reconstrucción en Japón y rendir homenaje a la dedicación inquebrantable de Japón para mejorar las vidas de otras personas en todo el mundo”, sostuvo Obama.

Por otro lado, las autoridades estadounidenses ordenaron el viernes a los explotadores de los reactores nucleares de su país reforzar los procedimientos que se activan en caso de accidente. La Comisión de Regulación Nuclear (NRC) dio plazo hasta 2016 para que los explotadores se adecuen a las nuevas directivas, aunque muchos afirman ya haber trabajado en mejoras.

“La comisión tomó medidas importantes en medio de los esfuerzos realizados después de Fukushima”, dijo Gregory Jaczko, presidente de la NRC en un comunicado.