Los científicos prevén que la escasez agua será un gran problema para la humanidad de aquí a 30 años. Es por ello que urge encontrar soluciones eficientes para cada país, cada uno con sus propias particularidades.

El mundo buscará agua aquí”, fue lo expresado recientemente en Paraguay por María Emma Mejía, Secretaria General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). No es casualidad su declaración, pues las vastas reservas acuíferas del continente orientan a los legisladores a elaborar tratados en defensa de los recursos naturales para anticiparse a futuros problemas.

En una posición singular se encuentra nuestro país, pues mientras que en el sur las precipitaciones aumentan el caudal y embalse de ríos y lagunas, en el norte y centro su ausencia tiene a las regiones de Atacama, Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins con los niveles de agua más bajos en 10 años.

“La Niña”, aquella traviesa condición climática que seca las costas del Océano Pacífico, ha acostumbrado a las naciones a racionar el agua y obliga a las autoridades a sentarse a pensar sobre el abastecimiento hídrico; no obstante el problema es acumulativo y con un futuro incierto.

La existencia de un comité interministerial impulsado por el Gobierno mejorará la situación, pero aun así nos faltan avances en materia política. Bolivia, con su Ministerio del Medioambiente y Agua está en la vanguardia frente al tema, sin dejar atrás a diversos gobiernos que han insertado la sustentabilidad en sus políticas públicas.

En el sector empresarial, este año vienen fuertes inversiones de la industria sanitaria: alrededor de 13.400 millones de pesos serán destinados a habilitación de pozos, ampliación de estanques, traslado y arriendo de derechos de agua, planes de reducción de pérdidas y campañas de educación a la población.

Para saber más sobre las políticas hídricas que se han implantado en Chile, se puede revisar este mapa de la Dirección General de Aguas.