Liceos con alta vulnerabilidad de la región del Bío-Bío están generando estrategias para mantener su matrícula. Hasta ahora es el ofrecimiento de carreras una alternativa atractiva que ofrecen los recintos educacionales.

Se acaba el año académico en la enseñanza media y las consecuencias del extenso movimiento estudiantil comienza a rondar en medio del proceso de matrícula.

En ese aspecto, los ojos están puestos en los establecimientos que cuentan con población vulnerable, donde siempre cuesta más, y donde aunque no se crea, hay una atractiva oferta.

Es el caso del Liceo Lorenzo Arenas de Concepción, donde a las carreras de Secretariado y Administración, a partir del 2012 se suman Electricidad y Mecánica Automotriz, que se imopartirá en principio en los talleres del Duoc.

La repitencia de este año fue poca y se esperan buenos resultados en PSU, todos esfuerzos que se han desarrollado con dedicación, indicó la directora del Liceo Lorenzo Arenas, Clara González.

Además, se está reparando el gimnasio y se abre una sala cuna para los hijos de las estudiantes, en instalaciones que también podrían estar disponibles, si hay cupo, para la comunidad del sector.

Proceso similar al del Liceo B-26 de Las Salinas en Talcahuano, donde ya cuentan con el apoyo del Ministerio de Educación para impartir la carrera de Operador Portuario, única en su tipo en la Región del Bío-Bío y que permitirá que los estudiantes encuentren oportunidades laborales en Talcahuano.

El director del Liceo de Las Salinas, Miguel Toledo, señaló que todo esto va en directo beneficio de la entrega de reales alternativas para los alumnos.

Experiencias que se desarrollan, muchas veces a base de puro entusiasmo y sobretodo mucha gestión. Cualidades necesarias en tiempos en que los números rojos han puesto de moda las fusiones y los cierres de establecimientos municipales.