La fiscalía de Minsk pidió el lunes la pena de muerte contra los dos acusados juzgados por un atentado que en abril pasado dejó 15 muertos y más de 160 heridos en el metro de la capital de Belarús, el único país del continente europeo que sigue practicando ejecuciones.

“Les pido la sanción excepcional de la pena de muerte” para los dos inculpados, Dimitri Konovalov y Vladislav Kovalev, juzgados respectivamente por terrorismo y complicidad en terrorismo, declaró el adjunto del fiscal, Alexei Stuck, en su alegato ante la Corte Suprema de Belarús, según un periodista de la AFP que asistió a la audiencia.

“La fiscalía considera que ambos son peligrosísimos para la sociedad y el Estado”, agregó, pidiendo al tribunal que juzgase culpables a estos dos hombres de 25 años.

El principal acusado, Dimitri Konovalov, es procesado por haber cometido el atentado y preparado los explosivos, mientras que Vladislav Kovalev es acusado de complicidad.

El atentado del pasado 11 de abril en la estación de metro Oktiabrskaia, en pleno centro de Minsk, fue el más mortífero registrado en esta ex república soviética desde su independencia, en 1991.

Los dos inculpados también son juzgados por dos explosiones, en Minsk en 2008 y en Vitebsk (este) en 2005, que causaron heridos y fueron atribuidos a grupos nacionalistas por las autoridades de Belarús, dirigido con mano de hierro por el presidente Alexander Lukashenko.

Durante este proceso, que comenzó en septiembre, Konovalov reconoció ser el autor del atentado en el metro de Minsk y de la explosión en 2005. Su cómplice negó los hechos de los cuales fue acusado.

Los abogados de la defensa pronunciarán su alegato el martes. La fecha del veredicto no ha sido anunciada.