La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lanzó este lunes en Roma, con ocasión del Día Mundial de la Alimentación, una campaña contra la volatilidad de los precios de los alimentos que amenaza a las poblaciones más pobres del planeta.

La agencia especializada de Naciones Unidas movilizó para ello a personalidades y artistas internacionales con el fin de sensibilizar a la opinión pública mundial sobre la grave amenaza que pende sobre los países en desarrollo por el alza de los precios de los alimentos.

Entre las personalidades que adhirieron a la iniciativa, organizada en la sede central de la FAO, figuran la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, actual directora ejecutiva de ONU Mujeres, así como el actor británico Jeremy Irons y la cantante de jazz Dee Dee Bridgewater.

“La seguridad alimentaria debe convertirse en una prioridad del siglo XXI. Unos mil millones de personas padecen hambre en el mundo, eso es demasiado”, sentenció la ex presidenta chilena.

Las variaciones drásticas de los precios, especialmente al alza, constituyen una de las mayores amenazas para la seguridad alimentaria de los países en desarrollo, según el último informe la FAO sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2011.

“La población pobre es la más afectada. De acuerdo con el Banco Mundial, en 2010-11 el aumento de los costos de los alimentos arrastró a cerca de 70 millones de personas más a la pobreza extrema”, subraya el documento.

Los llamados “embajadores de buena voluntad” lanzaron la campaña durante un acto oficial organizado en la sala plenaria de la agencia de Naciones Unidas durante el cual abogaron a favor de la estabilidad de los precios de los alimentos.

“Hay que hacer algo. La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado”, lamentó el actor británico.

En un mensaje leído ante los asistentes, el papa Benedicto XVI pidió a la comunidad internacional que se “comprometa a modificar conductas y tomar decisiones” para que toda persona tenga “hoy mejor que mañana” acceso a los alimentos.

“Parece que se difunde lamentablemente por doquier la idea de que los alimentos son una mercancía más y, por lo tanto, sometidos también a movimientos especulativos”, lamentó el pontífice.

Por su parte, el director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, recordó que “un séptimo de la población mundial” padece hambre crónica.

“La volatilidad de los precios de los alimentos viola un derecho fundamental del Hombre, el de la alimentación”, dijo, añadiendo que “Se necesita mayor transparencia en los mercados alimentarios mundiales”.

Junto a la campaña, la FAO inició las labores de la 37ª sesión del Comité sobre la Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) durante el cual se deberán fijar medidas para reglamentar la compra masiva de tierras.

Según Organizaciones No Gubernamentales, entre ellas La Vía Campesina, el 74% del proyecto de normas fueron aprobadas ya por el Comité, entre ellas aquellas para el reconocimiento y la protección de los sistemas tradicionales de adquisición del derecho a la propiedad de la tierra.

La organización internacional Oxfam invitó a los gobiernos a adoptar medidas “urgentes y ambiciosas” para reducir el hambre en el mundo, entre ellas anular las subvenciones, los derechos de aduana y las repercusiones nocivas de los carburantes biológicos y sobre todo atacar a “la especulación excesiva”.

“Con 13 millones de personas que no tienen nada que comer en el Cuerno de Africa, los precios de alimentos elevados y volátiles y cerca de mil millones de personas que se acuestan con el estómago vacío, es claro que las políticas actuales no son las adecuadas para resolver el problema”, indicó Oxfam en un comunicado.

Las ONG invitan a “una mejor gestión de las tierras para que se ponga fin a la compra masiva de terrenos”.

“El acaparamiento de tierras es un fenómeno escandaloso que usan las multinacionales para dominar el mercado y que arrastra a la miseria a numerosos campesinos y consumidores”, denunciaron en un comunicado.

En un informe anual sobre el hambre en el mundo 2011, las tres organizaciones de Naciones Unidas especializadas en alimentación y agricultura con sede en Roma, FAO, FIDA y PMA, reconocieron que no se podrán alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad el porcentaje de personas que sufren hambre en el mundo para 2015.