Los asesinatos y ataques espectaculares perpetrados por los talibanes son un “signo de debilidad” de una insurrección maltratada por las tropas de la coalición internacional en Afganistán, estimó este jueves el secretario estadounidense de Defensa Leon Panetta.

“Consideramos que este cambio en su táctica es el resultado de su pérdida de velocidad y es un signo de debilidad de la insurrección”, declaró el responsable del Pentágono durante una audiencia ante los senadores de la Comisión de Defensa.

Los talibanes han multiplicado en los últimos meses y días los ataques y los asesinatos con el objetivo de tener un “impacto psicológico máximo”, según Panetta.

El ex presidente afgano Burhanuddin Rabbani, encargado de abrir el diálogo con los talibanes, fue asesinado el martes. Su muerte ha sido percibida como un revés para el gobierno afgano y sus aliados occidentales, incapaces de convencer a los insurgentes para negociar.

La semana pasada, los talibanes atacaron el cuartel general de la OTAN y la embajada estadounidense en Kabul.

“Como los talibanes han perdido el control de territorios el año pasado”, los insurgentes dirigen menos ataques de envergadura contra las tropas de la coalición, pero se centran más “en los ataques que llaman la atención de los periódicos”, ha estimado el ministro.

Según él, sin embargo, “el nivel general de violencia en Afganistán está disminuyendo”.