Ejemplos no faltan: históricamente el 11 de septiembre ha sido una fecha de mal agüero en distintas latitudes del orbe y que ha tenido un denominador común, la muerte de gran cantidad de personas.

Terremotos, Genocidios, Golpes de Estados, Guerras, distintas situaciones que, por alguna extraña coincidencia, se han producido un 11 de septiembre.

Desde matanza de moros ocurrida en Valencia y Castilla, en 1609; el terremoto que afectó y destruyó por completo a Ciudad de Guatemala en 1641; el golpe de Estado en Argentina en 1852, que terminó con Justo José de Urquiza; o el fusilamiento del criminal estadounidense, en territorio hondureño en 1860, que se había impuesto como dictador en Nicaragua.

En el siglo XX en tanto, se enumera el desembarco del ejército estadounidense en Rusia, en 1918, donde intentaron restablecer el sistema de Zares. Mientras que en 1973, el golpe de estado que impuso la dictadura de Augusto Pinochet; y en 1980, la actual constitución que aún existe en Chile.

Sin embargo, en 2001 se produjo el más conocido universalmente, cuando un grupo de terroristas islámicos con 4 aviones, aparentemente secuestrados, agrietaron la economía, los derechos civiles y la democracia de Estados Unidos, derribando el World Trade Center.

Pero después de ello, se enumeran otros dos 11 de septiembre. En 2003, un fanático serbio asesina a la ministra de Relaciones Exteriores en Noruega en Estocolmo.

Finalmente, en 2008, facciones derechistas pretendieron llevar a Bolivia a una guerra civil, tendiendo una emboscada y asesinando a 18 indígenas.

Luego del atentado en Estados Unidos, muchos indicaron que el país del norte era mucho más seguro, sin embargo, en la semana de la conmemoración de los 10 años, el lugar cercano a la “Zona Cero” parecía un campo de guerra, con cientos de militares y personal de seguridad, sumados a carros blindados que no ayudaban a demostrar seguridad.

Es por lo anterior que muchos observadores indican que el proceso que se inició el 11 de septiembre de 2001 ha sido una inexorable deriva hacia la parálisis de Estados Unidos.

Escucha aquí la crónica conducida y producida por Ruperto Concha.