Ante Uruguay, el viernes pasado, Chile jugó el mejor partido desde que el técnico Claudio Borghi se hizo cargo de la Selección Nacional. Jugó a lo que el “Bichi” quiere (salvo algunos errores puntuales que deben mejorar, porque pueden costar goles), la “Roja” realizó un partido muy inteligente desde todo punto de vista.

Por Felipe Espina

Vamos por parte:

En defensa, salvo problemas de ubicación y doble marca en dos jugadas, una de las cuales terminó en el gol de Uruguay, Chile tuvo un buen rendimiento. Pablo Contreras jugó un gran partido. Preciso, fino, siempre a tiempo, salvo en el gol charrúa, siempre estuvo donde tenía que estar bien apoyado por Ponce, y Jara en menor medida. Los tres del fondo pasaron el examen ante los celestes.

En la mitad de la cancha el rendimiento de la línea de 4 volantes (Isla, Vidal, Medel y Beausejour) fue, como la mayoría de las veces, parejo.

Jiménez, reemplazante de Matías Fernández, no desentonó y realizó un partido correcto. Pero Valdivia… bueno, Valdivia es otra cosa. Preciso, claro y valiente; entró en el segundo tiempo y clarificó aun más el trabajo de la Selección desde mitad de cancha hacia arriba. Fue protagonista casi excluyente en un equipo con rendimientos individuales muy parejos.

Y adelante, Suazo disminuido físicamente y todo, genera inquietud, junto a un Alexis Sánchez goleador que por el sólo de hecho de estar, es una complicación para los rivales: Por su movilidad, potencia y habilidad.

Chile hoy elabora más que antes. A este Chile de Borghi le gusta más la pelota que antes. Posee la misma vocación ofensiva, pero con mayor control y tenencia de la pelota… mejor o peor, me parece que no es el tema… Es distinto  y eso está claro… El Bichi Style, ya se instaló en Copa América.