“Que la Fuerza esté con ustedes”, dice el maestro Qui Do Quan a sus alumnos, al iniciar la primera clase en una Escuela de Jedis inaugurada en la comuna de Quilpué. Quienes llegan al lugar, buscan replicar a los guerreros de la famosa película “La Guerra de las Galaxias”.

“La agresión es parte del lado oscuro. Si van a pegarle a alguien están agrediendo, entonces la Fuerza debe ser usada sólo desde el lado claro, ya que es sólo para defenderse”, explica por su parte Sergio Angeloni o “maestro yodai”, un profesor de lenguaje de 44 años, a un grupo de 6 alumnos que lo escuchan con atención.

Angeloni y William Berrueta, un experto maestro de Tae Kwon Do y yoga que se hace llamar “maestro Qui Do Quan”, son los dos únicos profesores de esta escuela, que replica una iniciativa similar que funciona en Nueva York.

Ambos lucen un largo abrigo café con capucha. Debajo visten un pantalón y una chaqueta de tela gruesa que se cruza y ata con un cinturón, y por encima de los hombros caen dos flecos, emulando los trajes que usan los caballeros Jedis de la célebre saga cinematográfica de George Lucas, creada en la década de los 70 y que tiene fanáticos en todo el mundo.

Los dos crearon la primera Escuela de Jedis que funciona en Chile, que nació en 2009 luego de que se dieran cuenta en una exhibición que las luchas presentadas en Star Wars podían mezclarse con técnicas de artes marciales, brindando a los niños un espacio lúdico donde aprender la sabiduría Jedi, “un icono de la nobleza, el valor y habilidad”, según la descripción del blog de la institución.

La escuela cuenta hoy con 30 alumnos, entre 6 y 12 años. Cada clase dura un poco más de un hora y se realiza una vez por semana. Al final de tres años, tras el paso por una serie de disciplinas de artes marciales y yoga y de conocimiento de la filosofía Jedis, los alumnos egresan como caballeros Jedis, los protagonistas de la afamada “Star Wars”.

El curso comienza con ejercicios físicos o asanas, que se utilizan en yoga, y luego se da paso a una parte teórica en que se explica que un Jedi utiliza siempre la Fuerza para conocimiento y como defensa. Nunca para atacar.

Sin embargo el momento más esperado es cuando los niños toman sus espadas y practican los famosos movimientos de los Jedis, basados en algunas artes marciales como el Kung Fu o el Kendo.

“La espada son de uso de exhibición. No son para duelos ni para golpearse”, les advierte Berrueta.

La espadas que utilizan los maestros -y que emboban a los niños- son dos réplicas exactas de las utilizadas en las películas -incluido el verde del láser y el sonido que emiten en la saga-, que Berrueta adquirió en Estados Unidos, donde pagó por cada una cerca de 250 dólares (poco más de 120 mil pesos chilenos).

La escuela se montó en una modesta casa de la localidad de Quilpué, en la región de Valparaíso.

En un principio, fue objeto de burla por parte de personas que se mofaban del exacerbado fanatismo que despierta esta saga en adultos y niños, según cuenta Berrueta, pese a lo cual el número de “padawans” o aprendices de Jedis se ha duplicado en el último año, con alumnos que en su mayoría han heredado el fanatismo de sus padres.

“Quería estudiar las cosas Jedi y saber todo de los Jedis. Me gustan las luchas y las clases son súper entretenidas. Quiero ser como Luke Skywalker”, comentó Cristopher Flores, de 10 años, haciendo referencia al protagonista de Star Wars.

“Soy fanático desde muy chico de ‘Star Wars’, al igual que mi hijo. Lo traje para que aprenda todas las disciplinas”, manifestó Danilo Flores, padre de Cristopher, mientras ve cómo su hijo se convierte en un Jedi.