Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 se comprometieron el sábado a “llegar rápidamente a un acuerdo” sobre la reforma de las reglas financieras, pero se abstuvieron de mencionar la posibilidad de un impuesto bancario.

En un comunicado publicado al término de una reunión de dos días en Busán, en Corea del Sur, los responsables de las finanzas de los 20 países industrializados y emergentes que forman el grupo se declararon dispuestos “a llegar rápidamente a un acuerdo para reforzar las exigencias en material de capital y de liquidez” de las instituciones financieras.

El G20 no se pronunció sin embargo sobre la posibilidad de introducir un impuesto mundial a los bancos, cuyo producto serviría para financiar futuros planes de rescate en caso de crisis financiera. Este proyecto es defendido por Estados Unidos, pero rechazado por países como Brasil, Canadá, India y Australia.

En su comunicado, los responsables del grupo se limitaron a desear “que el sector financiero aporte una contribución justa y significativa para pagar toda carga asociada a las intervenciones gubernamentales, donde tengan lugar, para reparar el sistema bancario”.

En cuanto a la actual crisis, los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales consideraron que “la económica mundial continúa creciendo más rápido de lo previsto, pero a un ritmo desigual según los países y las regiones”.

“Sin embargo, la reciente volatilidad de los mercados financieros nos recuerda que los desafíos significativos perduran, lo que subraya la importancia de la cooperación internacional”, agregaron.

Los participantes desearon asimismo que las políticas de consolidación presupuestaria y de reactivación económica sean “diferenciadas y adaptadas a las circunstancias nacionales” de cada país.